Inauguramos en Aeropuerto Valencia una nueva sección denominada “flight reports” dónde podrás encontrar crónicas detalladas sobre experiencias en vuelos, en nuestro caso serán básicamente vuelos operados desde el Aeropuerto de Valencia.

Iniciamos la sección con la ruta de Transavia que conecta Valencia con la ciudad holandesa de Rotterdam, tercera ruta que la compañía lanzó con Valencia después de Amsterdam y Eindhoven.

Esta ruta tiene una buena programación para hacer una escapada de fin de semana ya que puedes salir de Valencia el viernes por la mañana y regresar el domingo por la tarde, aunque si prefieres alargar la estancia también hay otra frecuencia los miércoles.

Nuestro vuelo, el HV5390 salía a las 10:15 una buena hora ya que no hay que madrugar excesivamente pero permite aprovechar bastante el día. Los mostradores de facturación de Transavia se encuentran en la T2, no había demasiada gente en la cola, apenas 3 ó 4 personas, pese a que Transavia sólo permite facturar en línea 24 horas antes del vuelo. Este hecho puede resultar  algo incómodo ya que no te permite facturar la vuelta antes de salir como otras aerolíneas, así que empiezas tu viaje sin haber facturado la vuelta, por el contrario se agradece que no se cargue ningún suplemento por facturar en el mostrador.  La facturación en línea es cómoda e intuitiva y con el valor añadido de poder elegir asiento entre los disponibles sin ningún tipo de recargo. Todo esto hace que puedas llegar al aeropuerto de una forma relajada,  con el asiento ya asignado y a una hora en la que reina la calma en todas las terminales, así resulta rápido pasar los controles de seguridad.

Nuestro avión llegó puntual, un B737-700 como casi toda la flota de Transavia basada en Rotterdam (tienen algún B738 pero la mayoría son B737-700). Embarcamos por la T2, puerta E15,  la salida y la entrada se realizaron a pie, al tener asignación de asientos y no ir el vuelo lleno el embarque fue tremendamente tranquilo, lejos del estrés de otras compañías de bajo coste. Se notaba la temporada baja y el vuelo iba a un 50% de la capacidad aproximadamente, con abrumadora mayoría de holandeses y pocos valencianos.

El vuelo fue muy tranquilo, la carta del catering, en inglés y holandés, es algo más barata que en otras aerolíneas y la revista de a bordo nos sorprendió con un reportaje sobre Valencia, un buen detalle de la aerolínea que se nota que apuesta por esta ciudad. Durante el vuelo proyectaron alguna serie y película en inglés con subtítulos en holandés y viceversa.

Llegamos al Aeropuerto de Rotterdam-La Haya, un funcional pero pequeño aeropuerto donde operan casi en exclusiva Transavia  y los vuelos a Londres-City de Cityjet, Heatrow de British y un par de vuelos de Lufthansa y Turkish , es lo que tiene estar a poco más de media hora en tren de un gran hub intercontinental como es Amsterdam-Schipol. Todos los embarques se realizan a pie, ya que no hay fingers, y dispone de un mirador en la planta superior, algo que se estila mucho en los aeropuertos europeos (y no en los españoles, por desgracia), si eres un aerotrastornado no puedes perderte el detalle de los baños de la planta inferior 😉

El aeropuerto está conectado a la ciudad por medio de un autobús (no hay tren) que por 3€ y en 15 minutos te deja en la estación central de la moderna ciudad holandesa, de moderna y vanguardista arquitectura y diferente del resto de ciudades holandesas (fue destruida casi en su totalidad en la segunda guerra mundial).  Sin duda Rotterdam bien merece la visita, con sus imponentes casas cubo, el puerto, el moderno puente de Erasmo, los rascacielos… A poco más de veinte kilómetros se encuentra La Haya que responde a los estereotipos de ciudad holandesa y puede visitarse cómodamente desde Rotterdam en tren o incluso si te atreves a vivir una auténtica experiencia local puedes ir en bici siguiendo el pintoresco carril bici que une ambas ciudades. Rotterdam cuenta además con un gran ambiente nocturno con una gran variedad de locales.

Ya el domingo realizamos el trayecto de vuelta, facturamos rápidamente sin apenas esperar en la cola. La zona de embarque del aeropuerto es muy cómoda con sillones y sofás, muchos enchufes y wi-fi gratuita, el vuelo tuvo una ocupación mayor que el de la ida, alrededor del 75%, de nuevo fue un vuelo tremendamente tranquilo y agradable, llegamos a Valencia  a las 21.15 después de haber pasado un genial fin de semana en Rotterdam.

¿Quieres colaborar con algún flight-report? Puedes escribirnos a webmaster@valencia-low-cost.es